Jornada Ciudadanía Conectada

viernes, 27 de febrero de 2009

Generación Multitasking: su ocio es chatar, hablar con el móvil, jugar on line

La nueva generación de menores no concibe otra forma de ocio o diversión más que en internet, a través del móvil o los videojuegos on line. Todo junto y al mismo tiempo. Se trata de la denominada generación Multitasking (en inglés, multitarea), que cuentan con nuevos modos de comunicarse y relacionarse, por medio del chat, de los mensajes de texto o del fotolog.

Según un estudio de Cartoon Network y Boomerang, siete de cada 10 chicos tiene un televisor en su cuarto, lo que genera, además, un consumo individual. La misma cantidad tiene su propio celular, que utilizan principalmente para mandar mensajes de texto. El 47% de los chicos tiene blog, fotolog o videolog, al tiempo que el 38% dijo que usa Facebook, My Space o MSN Spaces. Con la consola de videojuegos, un 67% confiesa no necesitar ayuda y ser excelente. El 53% considera que no podría vivir sin un televisor, mientras que el 48% dijo lo mismo respecto de la computadora y el 37% de internet.

“Parece que se hace imperioso realizar varias tareas al mismo tiempo y buscar la entrada constante de información, que proporciona un estado alternativo de excitación y aquietamiento”, destaca la psicoanalista Diana Sahovaler de Litvinof, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Si bien Litvinof reconoce que “la tecnología ha aportado una magnifica forma de entretenimiento, mediante la cual es posible desarrollar la imaginación y la coordinación sensorio-motriz a través de los distintos juegos”, el problema “surge cuando el recurrir a tantos estímulos se convierte en una forma de tapar situaciones que se dan en la vida real”.

Según la especialista, “un niño puede tener problemas escolares o sociales y, en lugar de encararlos, se sumerge en las pantallas donde se siente más capaz y más fuerte para resolver conflictos. Y si no se le permite recurrir a estos medios, aparece la angustia. La saturación de estímulos parece contener la expectativa de evitar cierta insatisfacción, desorientación o vacío, o de negar que existen momentos en los que simplemente ‘no hay nada que hacer’”.

Para Litvinof, “los medios tecnológicos no deberían convertirse en un fin en sí mismos”, porque cuando sucede, ese “vivir conectados se transforma en adicción”. Es, por caso, cuando esos medios “reemplazan la vida afectiva y la ligazón personal, y cuando el deseo y la curiosidad se transforman en necesidad de estimulación”, señala la especialista.

Fuente: rafaela.com

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